sábado, 31 de octubre de 2009

A LOS NIÑOS DE LA GUERRA. DE CUALQUIERA, PUES ELLOS SIEMPRE SON LOS MISMOS








En las calles del averno juegan los niños
con pelotas de trapo,
con ubres de tierra prendiéndose en sus alpargatas rotas,
los niños ríen en las trincheras.
Ya viene el color del fuego y la palabra prendida en la sangre,
y en las calles los niños juegan con lágrimas yermas;
un tanque, a lo lejos, ruge su voz de trueno.
¿Será que llegó el invierno?
A los niños los cubre el polvo y las pelotas vuelan ateridas;
debe ser que es invierno,
¡debe ser!,
y los niños abandonan sus juguetes en el fango.

martes, 20 de octubre de 2009

SONETO, A UN TORO DE CÓRDOBA. (Recordando a Jacinto)

Un toro de Córdoba, la lejana,
llora, al aire, la sangre de Jacinto
en los claveles, tristes, de corinto
y en las hojas secas de la mañana

Toro herido, cuando en tu boca mana
la vaga memoria de un cuerpo extinto
y la hora atroz, de tan cruel instinto
asesino que cercena la grana.

Toro del alma, levántate y llora
esa sombra que forjó su muerte,
-pétalos de una vida más sonora-

Toro de luto, perfila la hora
del sollozo amigo. Duele la suerte
que se lleva su savia, sin demora

jueves, 15 de octubre de 2009

TE DIGO ADIOS




Cuando digo adiós, digo lágrima,
Anuncio penas que parpadean
en el lugar perdido de la derrota
y entono suspiros que brotan al paso
de los enamorados.

Pero cuando te abrazo
-¡ay, cuando te abrazo!-
regresa el todo:
los jilgueros que cabalgan
sobre las copas de los árboles perdidos,
el sol de aquellos días tan nuestros
atravesando el limpio horizonte de la tierra,
el dulce tacto de tu boca
y los pechos que dormitan bajo los astros

Porque es así como yo te amo
siénteme antes de la partida,
y quiéreme antes de que el río vuelva a su cauce,
porque cuando te digo adiós, mujer amada,
yo digo lágrima.