Mira, amor mío, nocturno galopa el jinete.
sobre el blanco corcel de la quimera,
sobre la flor que dormita en el filo de tu espalda
cuando el verso se derrama en tus labios.
La luna sonríe con sus blancos dientes de plata
la oscuridad detiene mi voz bajo tu lengua
pues somete el tiempo en que te pretendo,
en el que busco el aire que respiras.
La noche te viste con su traje de aire,
quiere lamer el néctar que en tu boca crece,
donde el fuego prende los espacios,
en el perpetuo crepúsculo de un abrazo,
mientras desnudo tu voz e invoco tus gemidos
o cuando tus besos y los míos tiemblan de amor.
Porque para siempre es mediodía
en la eterna noche en que te quiero.
sobre el blanco corcel de la quimera,
sobre la flor que dormita en el filo de tu espalda
cuando el verso se derrama en tus labios.
La luna sonríe con sus blancos dientes de plata
la oscuridad detiene mi voz bajo tu lengua
pues somete el tiempo en que te pretendo,
en el que busco el aire que respiras.
La noche te viste con su traje de aire,
quiere lamer el néctar que en tu boca crece,
donde el fuego prende los espacios,
en el perpetuo crepúsculo de un abrazo,
mientras desnudo tu voz e invoco tus gemidos
o cuando tus besos y los míos tiemblan de amor.
Porque para siempre es mediodía
en la eterna noche en que te quiero.