
Y hablarán de tus ojos dormidos
cuando la efímera lluvia
bese la tierra que te besa
y con lento goteo
se lleve tu boca desierta de la mía.
Hablarán del sueño que ocupe
entre tu y yo un espacio impronunciable
de silentes vértices donde atrapados, queden,
los abrazos.
Hablarán de tus pechos y las nubes,
de aquellas lágrimas que, precisas,
se precipiten desde el placer a tu sonrisa
desde tu sonrisa al placer.
Hablarán de ti
que palpitas, andas, te conmueves
y danzas en la oscura noche del deseo.
Hablarán de ti
de aquel instante en el que tu y yo perdimos
la virginidad de la adolescencia
en el abstracto eco del sollozo
en nuestro primer “te quiero”