jueves, 13 de junio de 2013

CONVOCO LA PAZ





Dono este poema con toda mi admiración y cariño al proyecto cultural "Iniciativa para una cultura de paz"
Proyecto Avalon.
Convoco, hoy, al hombre que quiere ser libre,
a la mujer que lleva, en las entrañas, un hijo,
al niño que teje, amorosamente, una sonrisa.
Convoco el día donde sueñan los pájaros,
la tierra que alimenta el perfil del forraje;
quedan convocadas las esquinas para el beso.
Convoco las horas venideras,
una a una, nacientes en sus cunas,
una mirada, un gesto y una palabra detenida.
Convoco la libertad, en sus leyes de algodón
y, en los aires, la paz reclamada,
a los mortales que firman con el nombre de la concordia,
al alimento que lleva incrustado en homenaje,
el seudónimo libre del individuo.
Convoco la paz del júbilo y la risa,
la paz izada sobre los hombros,
a Picasso para que pinte su paloma serena,
la paz cubierta de trigo
y un beso cubierto de paz.

martes, 11 de junio de 2013

domingo, 2 de junio de 2013

¡NUNCA MÁS!



Nunca más, dije.
Nunca más, dijimos.
Será esta, la larga noche de la infamia.
Recordará esta noche la estela, abril, de nuestros cuerpos.
Porque nunca más, dijimos.
Será esta, la voz de los vocabularios,
Retornará, el llanto, a su silente vereda.
Retornará, la ley de los pasos perdidos.
Porque los dos lo dijimos. ¡Nunca más!
No volveremos a la hora de las pronunciaciones.
No volveremos a mirarnos en el beso.
Serán estos, los vocablos que grito:
¡Nunca más!; ¡Nunca más!; ¡Nunca más!


viernes, 31 de mayo de 2013

PASAN LOS DÍAS




¿Lo ves? Ya pasan los días;
quizás, jamás hayan pasado 
con tanta aspereza
como en estos tiempos, tan abstractos, 
tan … sin ti: ¡amor mío!
Tan sin ti.

Los días pasan
y, de tal modo, acarician los relojes…
el minutero se transforma en herrumbre
y las horas, en las cuales te pienso,
se vacían, otra vez, de palabras.
Pasan los días, y no te distingo
en la marchita frente de los vocabularios.
Los días son dedos que advierten
la pronta desnudez de la memoria.
Son gestos que transforman
las tenues luces del aurora.
Son tiempos que extraigo
de la monótona palpitación de tus recuerdos.
Son lágrimas que caen, impertérritas, de las estaciones,
rosas, al vuelo, como palomas mancilladas.
¿Lo ves? Ya pasan los días

y aquellos, de los que tú yo hablamos, 
yacen, serenos, en los retratos del suspiro.