
A Javier Cercas. Por su libro “Soldados de Salamina”
Poema publicado en el libro “El tiempo que me habita” Editorial Alfasur
Febrero de 2006.
LA BATALLA DE SALAMINA
En lo alto de una pequeña colina, en las playas de Ática, sentado en un trono dorado, el rey Jerjes de Persia contemplaba henchido de orgullo, como sus barcos iluminados por luz de la mañana, navegaban hacia la batalla.
¡La venganza vendrá de Salamina! Gritaba, mientras a su memoria llegaban imborrables los recuerdos de la derrota en maratón ¡Será en Salamina!
Yo que he vencido a los egipcios y he destruido las torres de Babilonia, no tendré piedad con los griegos. Cavilaba en voz alta.
ATENAS ARRASADA
Uniformes heridos pueblan las calles de Atenas.
Una ciudad arde desde el alma,
desde el espacio pretérito de la alegría.
Lloran sus piedras
y los mármoles crepitan bajo las huellas.
Estatuas con las frentes mutiladas
están forjadas en sangre, la pueblan.
Las espadas vuelan entre las tejas
amargas de la lucha.
Las bestias clavan sus pezuñas
en las aciagas tierras de la luna.
Una madre grita moribunda
¡Vengad mis muertes atenienses!
Mientras su cuerpo se desliza
sobre la arena fría de la tarde.
LA BATALLA
Crujen los mástiles
y caen envueltos de humo y fuego;
ya parten los remos;
ya derrotan los cuerpos marineros;
ya se quiebran arcaicas las maderas;
ya brotan las aguas naufragadas.
Barcos dolidos se retiran del miedo.
Espadas con alas sometidas
huyen del gélido puño del guerrero.
¡Jerjes, Oh triste Jerjes!
Hoy llora herida la venganza
por la actitud del agua bandolera,
tu sueño se hunde y te desplaza,
en un negro presagio de banderas.
Y en las playas dormidas al horizonte,
en el brillo nacarado de una espada,
una vieja leyenda me responde
“yo fui blandida en la batalla
en la que siempre pierde el hombre,
... sólo el hombre”.
El lenguaje fluido y rotundo de los versos, su ritmo y musicalidad, invitan a seguir leyendo. Considero difícil describir una batalla, y más, en verso, por lo que le felicito por este logro.
ResponderEliminarUn cordial saludo.