miércoles, 20 de febrero de 2013

LOS AÑOS DEL CREPÚSCULO







De pronto, la majestuosa madera se desprendió de la tierra,
se abatió desde la montaña
 
hacía la salvaje tempestad del río.
Pronto será traviesa de escuadras
que, abiertas y desmembradas,
asumirán otra vida más lisonjera, plena de aventuras.
De pronto, la madera noble y orgullosa en el collado
pasará a ser parte de un velero.
Naos, bergantines, carabelas, en ellos navegará el misterio,
el más allá, el allende los mares;
y asumirán la profunda soledad del crepúsculo.
De pronto, mitos y leyendas surgirán de lo desconocido
en la mar oceánica, siempre al oeste.
Viejos marineros escribirán esta historia
en el corazón de la quimera.

¿Qué soles descansan tras esos cerros?
¿Qué jinetes se atreven a remontar las olas?
El oro y la cristiandad se aferrarán como hermanos,
y una letanía de monjes, nobles, conquistadores,
y señores de la avaricia se harán cargo del enigma.
Comienza la era de los descubrimientos.
Llega, de nuevo, la muerte, repitiéndose.

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