Sólo la luna sospecha la verdad. Y es que no existe el hombre.
Vicente Aleixandre
En el principio de los tiempos el hombre no era hombre.
Era un puente vacío que vigilaba la luna.
Era la luna sin nombre.
Era la consecuencia del cosmos sobre la tierra.
Era la tierra del hierro.
Era la voz del agua.
Era el agua evolucionando de la nada.
Era un grito recogiendo la nada.
Era la piel y la herida de la materia.
En el principio de los tiempos no existían las leyes de los hombres.
El hombre no era nadie.
Las matemáticas no existían detrás de los números.
El hombre era agua y no sabía nadar.
El hombre era el polvo y no sabía nacer.
El hombre era un oscuro agujero y no sabía del mar.
En el principio de los tiempos el hombre era consumido por el fuego.
Pero el fuego no había sido concebido.
El hombre no era nada y no existía la nada.
El hombre era poeta y no existía la poesía.
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