jueves, 17 de abril de 2014

HE SABIDO DE TI


He sabido de ti. 
Los pájaros del norte traían flores blancas en sus picos.
Agitaban sus alas de lluvia en la profunda soledad del bosque:
en sus picos, aún llevaban, el aroma de las flores.
Las nubes del sur, hablaban de ti,
mientras cantaban a la luna
con sus dulces voces de algodón:
-en vuelo cantaban al poniente, las nubes del cielo-.
Me dejaron en una hoja tu aliento de antaño: eléctrico y breve.
Vino a verme el aire del oeste,
como casa crepuscular que danza en el horizonte.
Me dicen que caminas, que eres hembra,
que ardes cada tarde en un verso de amor: te saben libre.
Me hablan de tu voz de almendra,
de tu candidez de fuego y agua,
y que callas los inviernos que no supiste cumplir.
Viene el este sin noticias, nunca más supo de ti,
quizás el tiempo borró, de tus labios, los besos de antaño,
quizás nadie recuerda las estacas,
las astillas o el viejo madero que sucumbe ante el musgo.
Quizás todo pasó sin saber de treguas,
que el amor muere siempre llorando en bosques y espesuras:
¡que el amor siempre muere llorando!
Quizás algún día, cuando me mires, yo no sepa nada de ti...

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