RECUERDA que no fue un sueño cuando en la noche más oscura de todas, vinieron desde la profundidad del fuego y visitaron, la sangre antigua de tu pueblo.
Allí, calladamente, yacía tu madre con una honda herida en su vientre de luna. Allí, calladamente, yacía la madre de tu madre marcada, a hierro, por la tierra y el aire. Más tarde, el grito, la lágrima y la ira, la huida terrible, hacia la hostilidad del agua... fue entonces, cuando la mar se llevó tu corazón en Lampedusa.
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