Miro a mi lado y no estás conmigo,
cuando apenas dejo de escribir tu nombre,
cuando retorno al verbo que se hunde en mis labios,
cuando abre el silencio sus abismales sombras,
cuando pienso en la última tarde del beso,
en la última noche de tu cuerpo sobre el mío,
Miro a mi lado y ya no estás conmigo.
en esta sala donde se agita la soledad,
donde la vista se vuelve brisa y acaricia los olivares
donde los relojes danzan y tintinean en los cerros del horizonte,
donde los ojos buscan la longitud de tu sonrisa,
donde los labios emprenden el vuelo
y aterrizan en paredes húmedas, en muros de sílice
cuando miro al frente y no estás conmigo.
Que no calle el perro, que maúlle el gato de la sementera,
que ruja la lluvia es los acantilados del lamento,
que un pasillo de pámpanos acaricie tus manos de nieve,
y que llore este invierno, si así, se acaba la tarde.
Danza tu nombre en los arrabales,
se acaba este retiro,
la pena vuelve a su jardín de cenizas,
los ojos parpadean, llorosos, bajo las escarcha,
porqué tu no estás conmigo
porque tu ya no estás a mi lado.
Es precioso.
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