jueves, 1 de marzo de 2012

Así en el trigo como en la vida







El trigo se agita en los valles, baila desde su renuevo, al son de la vida, madura en una gota como un mar de olas rotas y llega en amarillo, a su último oleaje.
Cuando nace es verde en su tallo, orgulloso y esbelto crece ante la sierpe, a la sombra de las encinas. Ya pronto ocupará su sitio, pronto hará visible su baile en el collado, su suavidad detenida.
Solo, es la nada que agita el tiempo, es la leve voz que quiebra el saltamontes.
Solo, admite la sombra de la amapola.
Pero en su conjunto, rompe el paisaje, parte de la indiferencia de la tierra a la belleza de la espiga y, al final, el trillo toma su esencia para llenar, con su fruto, la historia venidera del pan.

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