Te llamé luz del oriente,
sol que emerge de la grana,
de la simiente que se aferra a la existencia
buscando su condición de alimento.
Día te puse de nombre.
Te llame naturaleza, montañas, valles
o hierros, que al fin de tantas batallas,
van a morir en el yugo,
tierra que desnuda su piel de légamo
y moldea la estructura de tu vientre.
Día te puse de nombre.
Te llame barca solitaria,
que parte desde sus órbitas a ninguna parte,
dársena donde atracan las auroras.
Te llamé mía y serena,
yo te llamé día.
GENIAL, si señor.
ResponderEliminarGracias por estar en Cafe Literario, gracias por compartir tu poesia, siempre bella, transparente, de un gran poeta.
ResponderEliminarVickie
Pepe, tu poesía tan diáfana
ResponderEliminarcomo ese poniente español,
como es tu tierra extremeña
donde vestido el cielo de arreboles
despides a ese sol que tarde a tarde
marcha para iluminar
a nuestra amada y querida América.
Con mi abrazo siempre fraternal
Jose Ignacio
¡MUCHAS GRACIAS, CIELO, POR EL HONOR DE VER MI IMAGEN ILUMINADA POR TUS MARAVILLOSAS LETRAS!
ResponderEliminar¡TE QUIERO!
KARLA BOUVET
Excepcional querido poeta, es un goce entrar a leerte
ResponderEliminarun abrazo
Stella