Y
vino el amor vestido de lluvia,
subió
por las avenidas, recogió de las calles
las
gotas inertes del beso,
y
se marchó cuando, aún, no había amanecido.
Y
dejó al enamorado vestido de lluvia,
sobre
las avenidas que lamentan su ausencia,
sobre
las calles que asumen el olvido.
No hay comentarios:
Publicar un comentario