Los del pp no tenemos miedo a las revueltas, nos mofamos
de ellas. (En Valencia se han batido records
tanto de corrupción, como de caradurismo durante años y ahora no hay un
puñetero euro en las arcas autonómicas). No pasa nada, el pueblo paga, pues nosotros,
hagamos lo que hagamos, aquí estamos, subidos en tronos de cuentos, con trajes
impecables y ríase la gente. ¡El pueblo paga! Y siguen y siguen eligiéndonos como
un Tsunami indecente.
¿Entonces?
Pues eso, que adelante
con las reformas laborales, que pague siempre el mismo.
Que adelante con las
castas sociales, sí, aquellas de antaño, las llenas de privilegios, las más
grandes castas de siglos postreros.
Que adelante con los
Urdagarinazos, que aquí a la cárcel va el choricero, no el ladrón de guante
blanco. Y si me apuras nos llevamos por delante a los jueces que osen desafiarnos.
Que adelante con los desahucios
por no pagar hipotecas, que esa familia a la calle, que necesito el pisito,
pues mi amante no tiene donde medirse el talle.
Que adelante con los
indignados, a los leones con ellos. ¿Indignados, de qué?, pero si tienen de
todo, viviendas, ¡ah, eso no!, bueno, pues, trabajo, ¡ah, eso tampoco!, pues
paro, que bien están en sus casas sin trabajar. ¿Qué tampoco? –De verdad, sus señorías-
es que lo quieren todo esta plebe de malhumorados.
Adelante pues con las
reformas laborales, que esto lo arreglamos de una vez, sí, de un plumazo.
Ya os vale, santitos
inocentes, ya os vale.
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