Es así como muere la tarde,
la noche lleva, en su montura,
la última brisa del día,
en un manto de trigo, se va desperezando la luna,
es así, por tanto, como el tiempo
mece su objetivo crepuscular.
La tenue silueta de una farola,
alarga su sombra por la calle
es entonces, cuando llueven las letras
en las últimas súplicas del ocaso,
es entonces, cuando tiritan los besos que nunca te di,
es entonces, cuando mis manos otoñales,
buscan, en el cuenco de sus palmas,
tus senos de aire.
Es así como muere la tarde,
centellea de pronto el poema
en el efímero reino de los astros,
y llueven soledades en tu boca
y llueven recuerdos en la mía.
La tarde besa a la tierra
con su último halito de vida.
Gracias por poder visitarte: José Cercas.
ResponderEliminarme ha gustado y te felicito amigo. Un abrazo.