Naciste
Del barro certero que moldea la semilla
te hiciste hombre;
como tal bebiste el agua,
comiste el fruto,
respiraste tiempo en palabras veladas,
de ese modo llamaste a la puerta del alma
y te abrió una mujer vestida de alegría;
la besaste en el lecho prohibido
donde el viento gemía constelaciones de amor
y, como tal, la vida se hizo eco de aquellas
pronunciaciones,
de ello nació el hijo y se hizo hombre…
así imparable la existencia te besó en cada
nacimiento.
Naciste y, como tal, te hiciste vida.
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