Otra vez la rabiosa muerte de actualidad, otra vez celebrándose el asesinato a sangre fría de un ser humano. Que valga, también, este poema para Gadafi y para cuantos caigan en las mano de la venganza. ¡lastima de humanidad!.
Si se celebra, matar a un hombre,
recorrer el tacto de un beso con el acero,
o salir a la calle y desnudar al individuo.
Si se celebra mirarle a la cara,
con los ojos de la ira,
o llorar de rabia por no herirle. ¡¡¡Entonces!!!
Yo brindo por los áridos desiertos,
por las heladas cumbres de nombres impronunciables,
por los ojos abismales de la tierra,
donde crezca el pasto y no exista el hombre,
donde el blanco níveo cubra la roca y no exista el hombre,
donde el agua se deslice buscando la grana y no exista el hombre.
Sí la vida es el combate, ¡¡¡ENTONCES!!!
¡¡¡ No me llaméis hombre!!!
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