sábado, 29 de agosto de 2009




La casa esta triste,
mira al viejo ladrillo que llora en la calle,
a la piedra que cubierta de musgo
esta tendida en el tiempo de una esquina;
con sus ojos abiertos,
los postigos cuelgan ya solos del asombro.
La casa está triste;
de un balcón pende una lágrima,
de otro, un día triste como tantos,
y penden sombras que dejan ocasos
en los ángulos abandonados de la tierra,
mientras una raída cortina sale a la calle,
como si el tiempo cabalgase
en su amarillento lomo de hilo.
La casa está triste;
clavada en el suelo
recuerda viejos tiempos
cuando la algarabía venía
abriendo sus ventanales blancos,
cuando crecían en su jardín
flores de sonrisas enamoradas,
árboles en cuyos frutos la risa vivía.
La casa está triste
porque aquellos tiempos azules que se perdieron
cuando al último de sus habitantes,
un aciago día, la vida lo dejo postrado
y se perdió en las calles del sollozo
bajo el triste lamento de las campanas.
La casa está triste;
Y luego el silencio lo habito todo,
lo cubrió de polvo y tiempo
dejando tan solo al viejo calendario
marcando para siempre los días pasados.

martes, 25 de agosto de 2009

DIGO TIERRA





Digo tierra y digo

hombro contra hombro,

surco que se abre en el barro,

flor que en su declive

reconoce que ha vivido.


Digo tierra y digo tacto que pretendo,

digo que te quiero todos los días,

que la luz besa mi frente

y que tu agua humedece mi garganta

Digo polvo que genera un huracan silente,

una raiz que pronuncia su casta de madera;

y vuelvo a decir te quiero.



Porque digo tierra y digo

que me ha parido,

que ha moldeado el fruto que tomo

y el aire que exalo.


Y así digo tierra y digo: "

Yo soy tu hijo"

sábado, 15 de agosto de 2009

Las calles de la ausencia



Mis calles, ¡ay!,
no son las de antes; tienen hambre,
navegan abandonadas de besos
y se consuelan mirando
un océano de ventanas vacías.
Tus calles están alerta,
pincelan la luz
con sus largas trenzas de sombras;
ya atardecen en las terrazas
donde tiritan las antenas frías.
Nuestras calles de entonces lo invaden todo,
afónicas rugen con su olor de alquitrán
y tienden sus manos para escribir en el viento
que todo es un sueño de melancolía.
Calles que palpitan,
dejando pintadas en paredes diáfanas
el aleteo de los pájaros que trinan en árboles de
acero
mientras la vida, busca el monótono tic- tac de los
días.
Mis calles, tus calles, nuestras calles,
inundadas de luz y de viveza
nos amaban desde los tiempos
ya lejanos que amargan los adjetivos
y buscan nuestras voces en la lejanía.

viernes, 7 de agosto de 2009

Vocablos perdidos


Me comentan que te fuiste,

que ya no habita en tus pupilas la algarabía

y que en los estantes se posan los días inertes,

aquellos que los años no mencionan.


Me dicen que escribiste un poema

sobre la puerta cerrada del averno,

que llevabas en tus manos el mármol frío

y un beso que te hablaba de la vida.

Me comentan que retrocedió tu mirada,

que dejaste impregnada la tierra

con una sonrisa de espejos rotos

y que una canción de amor abandonó tu cabello.


Me dicen que abriste celosías

y que pájaros de agua batieron sus alas

bajo el asombro de tus párpados

cuando un beso validó la primavera.


Me comentan que tienes frío,

que en tus noches tiritan los recuerdos

y que desde tu mesilla te habla triste,

en vocablos perdidos, mi retrato.

domingo, 2 de agosto de 2009

A TRUJILLO (CÁCERES)


Del granito silente, el de la leyenda,
golpeado por el ocaso
y pulido por la mano de la amargura…
nacen, orgullosas, las ciudades;
se alzan desde la tierra hacia el infinito,
hacia el espacio que mece el miedo,
hacia el aire que emite
la palpitación de los siglos;
surgen las piedras abiertas,
la historia terrible de las espadas,
aceros que fueron imposibles para la vida;
el hombre jura lealtad a la muerte
y cumple con ella promesas de sangre;
la piedra, entonces, se vuelve gigante
y en su ceño se cincela el obelisco,
donde la historia posa su memoria,
donde el granito duerme
en la evocación sublime del tiempo.