martes, 26 de enero de 2010

Alégrense (A Plácido Ramírez buen amigo y mejor poeta)

Alégrense la tierra y su aroma de agua
al ver como el viento cubre el cielo en su largo viaje,
al ver, asidos por la cintura,
a las cumbres y a una nube habitada por la lluvia.

Alégrense también los jinetes de las sombras
y las fuentes de fría piedra,
cuyos surtidores tienen sus caños de bronce
orientados al poniente.

Alégrense la patria del suspiro,
y las horas que reposan en la quietud
de unos labios sin vocablos,
pues al fin, los tiempos siempre se abaten
deshojados, buscando la tierra.

Alégrense los algodones blancos de las manos,
los pasos del niño y la madre alondra
pues sabe que en su nido se agita la vida,
la mar callada y el vientre de la tarde.

Alégrense los gladiadores que combaten por una lágrima,
pues por ello, las manos no tomarán las forma de la espada
ni las hiedras vencidas treparan hacia el fuego;
y así, los cuervos no graznarán en las ramas de la dicha,
ni la tristeza hará mella en las parejas
que juegan en los besos y en el limo.

Alégrense las semillas que germinan en las palabras,
en las voces y en las sombras rotas de las esquinas,
para que la velada melodía de sus estrofas
lleve siempre la fresca imagen de los enamorados

domingo, 17 de enero de 2010

A mi padre. Elegía rota

Sé que en el tiempo yaces, padre,
que la muerte posó su fría guadaña en tu costado;
sé que ya no eres la flor de la sementera,
en la cual, el néctar imploraba, su justo brote.
Sé, también, que fuiste
el trigo en su amarillo renuevo de espiga;
por ello yo vengo esta noche, desde mi soledad,
a escribir tu nombre con el color del lamento.
Sé que habitas, con otros,
los fragmentados ojos de lunas,
que a los lejos, duermes en tálamos de nubes.
Padre mío,
tú que ya no tomas del alba la luz de las estaciones,
llena de esencia el jardín de mi casa,
entrégame, si puedes,
el fruto que viene ladera abajo, buscando el poema,
que yo esta noche te escribo
y háblanos, acaso, con tu voz perdida,
porque aquí la vida aún reclama tu esencia,
en esta tierra que nos llena las entrañas de oxígeno,
en esta tierra en la que existimos.

viernes, 15 de enero de 2010

FIJO TU NOMBRE EN EL TIEMPO

Fijo tu nombre en el tiempo
y veo que, detrás de cada época, de cada afonía
que besa el frío llanto del recuerdo, existes tú,
como si cada segundo que no me diste
hubiera remontado tu contacto.
Como si cada palabra pronunciada
hubiera tenido algún sentido sin ti.

Fijo tu nombre en el tiempo
recordando la brisa cuando prendida a tu boca
dejaba mis labios en tus labios
¡Oh este traidor sueño!
Cuando dejaba mis ojos frente a tu mirada.
¡Oh temple que pierdo!
porque así me lo piden los años,
la lluvia llora en estas estaciones, en las calles,
en los cuerpos que caen bajo esta húmeda letanía.

Fijo tu nombre en el tiempo,
lo escribo en la tierra,
en el surco que hundió la semilla en tu vientre,
en la memoria que una vez fermentada,
recuerda tus labios en los míos;
detrás de todo lo que quise,
de lo que siempre querré tuyo,
el hijo que rompe tormentas con su mirada
por todo ello, mujer,
yo fijo tu nombre en el tiempo.

domingo, 3 de enero de 2010




Ya no importa nada,
ahora que el ave surca los vientos de estas tierras sin destino,
o que el monótono parpadeo languidece en las arterias del aire,
en los veneros del tiempo.

Cuando la luz cae desde tus labios
y besa al hombre en su vaivén callado,
en el regreso del amor que, perdido, busca
la extensa prolongación de su memoria.

Ya no importa nada,
ni tan siquiera ese beso que nos dimos,
tras los muros nocturnos del silencio,
ni la hora de su exposición ansiada.

He visto a la luna lamer el justo labio del verano,
sentir deslizarse por una hoja el rocío puro de lo perdido,
brotar los geranios en total abandono
y he visto tu sonrisa volcada por el mundo.

Ya no importa nada,
sueños orgullosos van y vienen buscando el génesis
ese momento donde todo se detiene antes las bocas que se aman.

Hoy es el último día
el día en el cual la nube pide verter su esencia de agua,
el día en el cual las lenguas atraviesan la palabra,
el día interminable.

Ya que importa,
que todo haya pasado,
que las ciudades y el bullicio nos miren
con sus luces de neón rompiendo las vigilias,
si tu no estás en estos momentos en los que te pienso
y yo no estoy en la ausencia de tu inerme corazón.

sábado, 2 de enero de 2010

HABÍA ESTADO LLOVIENDO TODA LA NOCHE





Había estado lloviendo toda la noche...
los valles se cubrieron de abrazos
mientras los astros iluminaban el vacío de las lenguas
y los caballos, al galope,
llevaban en sus crines, dormidos, los besos.

Puede que esta noche vuelva a llover;
el agua amamanta la luz del alba,
los árboles surgen de las sombras,
mientras, las parejas, en su abrigo,
siguen besándose,
los animales con nombres lunares
se deslizan cantando bajo ventanas abiertas,
y las banderas danzan con los gentiles
en sus mástiles de esperma.

Escribidme, pues, en las noches de lluvia,
bajo pechos que inundan la tierra,
que la humedecen cuando se besan en el “ te quiero”.

Escribidme, pues, en las noches de lluvia,
leeré vuestras estrofas en las entrañas de un suspiro
y combatiré con el agua,
por la palabra que llueve, en una lágrima.