martes, 13 de noviembre de 2012

Está escrito




No tuviste piedad con el beso, 
hoy serán las lágrimas
quienes amamanten las azucenas
donde moraba la risa.
Está escrito que brotaran 
como del fruto
en las corneas heridas del tiempo,
y que rodaran solitarias,
por las cuencas calladas de mis ojos.
Está escrito que habitaré la pena,
y formaré pareja con corazones errantes
que eternamente busquen,
el lugar preciso para el olvido.
Está escrito que desearé
no haber besado tus labios,
ni acariciado tu piel bajo esa luna donde, hoy,
habita la derrota.
Porque no tuviste piedad con el beso.
¡Ay, no tuviste piedad con la vida!.

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