domingo, 7 de abril de 2013

REFLEXIONES DE UN POETA CABREADO




El ciudadano, el individuo, el poblador de ciudades y pueblos, los hombres y las mujeres; deben llegar, a la política, por propia voluntad, para servir al pueblo y no servirse de él. Nadie debe coaccionar a nadie para presentarse a unas elecciones, libres y soberanas.

La política es o debe ser: “La ordenada actuación para el bien de los ciudadanos”. Si este axioma no se cumple, algo falla, por lo tanto el electo debe dimitir o ser dimitido.
Pero lo que no se puede hacer ni permitir, es esta cadena de ignominias que hacen ellos y paga el pueblo a costa de su sudor, su familia e incluso, algunas veces, su muerte.

Creo que ha llegado la hora de decir ¡basta ya!
Y llevar a este país a los cauces “normales” de la política moderna; la reflexión, la cordura y la actuación para el bien común de los ciudadanos.

He dicho.

¡BASTA!

Sonrío porque en sonreír me va la vida,
porque mi amigo dice basta,
porque el amigo de mi amigo dice basta.
Sonrío porque mis labios escriben basta en un beso,
porque los labios del individuo escriben besos en un basta.
Sonrío porque veo un río de labios que dicen basta,
porque la palabra “basta” alimenta el aire
y lo llenan de fonemas que dicen basta.
Yo sonrío y en la calle escribo versos que caminan,
que danzan, que se abrazan
y que escuchan decir como el pueblo dice basta.
Sonrío porque yo también digo basta,
porque cuando escribo basta,
digo democracia real con mis palabras.

No hay comentarios:

Publicar un comentario