martes, 31 de julio de 2012

Adiós



Duerme la tarde en la ciudad antigua, el crepúsculo emprende su viaje en los cristales de los escaparates, y como si de una cinta de luz rojiza se tratase, va delineando sus tonos estivales en las aceras. Junto al mar, las casas perfilan sus horizontes marítimos.
Duerme en la playa la voz del agua, acariciando sus blancas arenas deshaciéndose, penetrándolas hasta su pérdida interminable y monótona.  Las sombras siguen alargando su reino nocturno.
Duerme el verano, los besos que nunca te di van en busca del deseo que tuve de tu boca y duermen para siempre en la inexorable brisa del tiempo.
Duerme en el verano tu voz de medianoche. Te perfilas bajo la lágrima y prosigues tu camino de sueños. Duermes, duermes, duermes…

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