En estos días, donde cuelga el futuro su tiempo irremediable,
la lluvia sigue cayendo con su agónica melancolía,
igual que ayer, porque nada está escrito, porque nada ha cambiado,
las maletas siguen esperando en los andenes del olvido,
la montaña como siempre, viaja sin equipaje,
desde este día a otra noche,
tan clara en este momento
¡ay! tan sombría en otras épocas.
La casa abre y cierra sus ventanales al aire
sale a la calle, la risa, el pan y el niño,
también tu silueta de ahora y tu mirada de antaño .
En estos días, que van marcando el breve futuro de tus labios
tú, amada mía, sigues alejándote,
sigues partiendo de todos los lugares
y sigues callando mi nombre,
porque nada ha cambiado.
Mis manos prosiguen el combate
con la pluma que, hoy, escribe estos versos,
con la vida que sigue alejándose ante nosotros.
En estos días del futuro que nos lleva
me voy de ti, invadiendo el instante de un beso,
como si la lejanía te acercase por pretéritas esquinas,
como si mis versos habitaran en algún lugar de tus manos,
como si los poemas de este incierto futuro,
se posasen, para siempre, en tus labios perdidos.
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