III
De
pronto la majestuosa madera se desprendió de la tierra,
se
abatió desde la montaña hacía la salvaje
tempestad del río.
Pronto
será traviesa de escuadras que, abiertas y desmembradas,
asumirán
otra vida más lisonjera, plena de aventureras.
De pronto, la madera noble y orgullosa en el collado,
De pronto, la madera noble y orgullosa en el collado,
pasará a ser parte de un velero.
Naos,
bergantines, carabelas, en ellos navegará el misterio,
el
más allá, “el allende los mares”
buscarán
la profunda soledad del crepúsculo.
Mitos
y leyendas surgirán de lo desconocido,
en
la mar oceánica, siempre al oeste.
Viejos
marineros escribirán esta historia
en
el corazón de la quimera.
¿Qué
soles descansan tras esos cerros?
¿Qué
jinetes se atreven a remontar las olas?
El
oro y la cristiandad, se aferrarán como hermanos,
y
una letanía de monjes, nobles, conquistadores,
señores
de la avaricia se harán cargo del enigma.
Comienza
la era de los descubrimientos.
Llega
de nuevo, la muerte, repitiéndose.
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