jueves, 28 de junio de 2012

Yo te espero







Yo te espero en las hojas
que, escritas, se abren entre tus pechos - y tú lo sabes-,
en las paredes donde cuelga la memoria.
Te espero porque tu voz sube hacia los aires,
para que tus labios se pronuncien por mis labios.
Yo te espero -y tú lo sabes-
en la estancia donde mora una copa vacía,
un violín dormido y el jazmín que muere en soledad.
Te espero en el te quiero,
en las zapatillas que bailan sobre los relojes,
en la historia que anda buscando melancolías,
por los hoteles bravíos de Extremadura -y tú lo sabes-
tú sabes la elevación exacta de mis manos abiertas,
mis ojos pronunciando azules imágenes en las retinas,
la suavidad del llanto en continuo retorno
y mis labios en la espera de tu lengua -y tu lo sabes-
Me amas y no me amas, -pero acaso tú lo sabes-
me tiendes una mano, que eléctrica,
se forja en pantallas encendidas
y me sometes a la pena que emerge
de montañas distantes, mares y zapatos; distantes.
-Porque tú lo sabes-
Tu sabes el trabajo del verso cada día
bajo la sombra amada de la fotografía.

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