viernes, 24 de septiembre de 2010

Septiembre






Septiembre, en mis ojos;

la esfera luminaria de poniente,

llora con sus colores pardos:

las campanas, elevan sus senos de bronce,

y convocan a los vivos para llorar el luto

por aquellos que el tiempo arropa.

Las vides, en sílabas abiertas,

pregonan la vendimia

y, postradas en la tierra, aguardan

a que el otoño las vista sepias.

Cuerpos envejecidos, desnudos,

besan los caminos de octubre

dejando atrás la risa amortajada

que murió con el iris almendra del verano.

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