Todo me recuerda a ti,
las fuentes junto al camino,
los álamos que pueblan el bosque
y la luz que atraviesa tu piel
besando los labios del recuerdo.
Todo eres tú;
el otoño que cuelga desnudo en la mañana,
la soledad lamiendo el néctar de tu boca
mi corazón resuelto ante la pena que me exalta
y estos versos forjados a la vida.
Todo me recuerda a ti,
pues hay barcos surcando los mares del llanto
y ángeles que dibujan nubes azules en mi memoria,
cuando escribo tu nombre en el aire
cuando la tarde invoca tu sonrisa.
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