martes, 14 de septiembre de 2010

Canción para una despedida






Que así sea,
que se pudra el tronco en la dehesa distante,
que la carcoma tome de su pecho la savia dormida,
que los leñadores quiebren sus ramas,
y que la hiedra trepe desde sus entrañas infinitas.
Que así sea,
que el olvido le cubra de musgo y hierba,
que una amapola sola le nazca en su mejilla,
y que un árbol naciente absorba el zumo de su boca.
Que así sea, porque así esta escrito,
que la vida como el amor es parte de la muerte,
que el amor como la muerte es parte de la vida.

1 comentario:

  1. Hondo sentimiento el que describes y cercano a Miguel Hernández el trágico pensar de las
    despedidas y las ausencias.
    Pero en esa amapola no queda un resquicio de amor?...

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