los álamos quietos como pétreas forjas
de balcones imposible, silenciosos,
como las encinas rotas y los alcornoques,
y los robledales que emergen de mi ventana fría.
Silencioso es el canto de los pájaros dormidos
que aletean cansados las plumas del sueño.
Como las campanas quietas y quejumbrosas,
Silenciosas las aguas con su monótono llanto.
Despejado, despejado el cielo de las alondras silenciosas,
como la rosa que sustituye sus pétalos dorados.
Silencioso el llanto del recién nacido
y la madre amorosa abierta a la vida.
Nada se mueve, el silencio reina en la risa
pues tu memoria ilumina la flor de las caricias.
miércoles, 25 de mayo de 2011
Silencio. del libro "El tiempo que me habita" Editorial Alfasur 2006
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