Un día, tu y yo, de dos en dos, iguales, paralelos;
la tierra a lo lejos y, en el fondo el mar y sus imposibles,
la brisa con su perpetuo beso, desgranándose
sobre tu piel sometida a la salinidad de los espejos.
Un día tú, y al otro yo;
para que, en tu voz, todo sea pasado;
para que todo sea luz atormentada en una pupila,
en casas deshabitadas y en ventanales abiertos al llanto.
Un día tú, y la quimera,
así como la vida desigual de las palabras,
donde todo sea huida y derrota,
que por una mentira acontezcan.
Un día…..
….. y luego todo ya pasado.
-BUENÍSIMO, PEPE, TODA UNA MAESTRÍA- UN ABRAZO-
ResponderEliminarJOTACET